Jesucristo, también conocido como Jesús de Nazaret o Cristo, nació en Belén (Judea, Israel) en el Año 1, cumpliéndose así muchas profecías del Antiguo Testamento que anunciaron la venida de el Mesías. A partir de su nacimiento es que se estableció un quiebre en el conteo de los años de la historia en el calendario occidental, por lo tanto, vivió desde el año 0 hasta, aproximadamente, el año 33.
Jesucristo nació en una familia humilde junto a sus padres María y José. Cuarenta días después de su nacimiento, José y María subieron al Templo, en cumplimiento de la Ley, Pero Jesucristo, a pesar de su humildad, no debía salir del Templo sin el reconocimiento de José y María.
Poco después de la vuelta de José y María a Belén, llegaron los tres magos de Oriente a Belén a visitar a Jesucristo, le ofrecieron presentes de gran precio: incienso, oro y mirra. El incienso es la ofrenda que corresponde a Dios, el oro, la imagen del tributo debido al Rey, y la mirra, la profecía de los sufrimientos de Jesucristo.
No se sabe con exactitud cuanto tiempo estuvieron José, María y el niño Jesucristo en Egipto, pero probablemente no fue de más que unos pocos meses, porque Herodes murió en el año 3 a.C. Por lo tanto José y María con el niño Jesucristo regresaron a Israel.
Con el paso del tiempo, Jesucristo se iba fortaleciendo e iba creciendo tanto en sabiduría como en estatura, y en gracia para con Dios y los hombres.
Jesucristo se crió en el seno de una familia, donde conoció alegrías y dolores. Llegó a ser carpintero, como su padre José, por lo que estaba acostumbrado a la actividad manual; al mismo tiempo, no faltaba una cierta formación intelectual en su medio.
Los niños judíos recibían una enseñanza de la Escritura muy intensa e iban a la escuela. En todo caso, las citas que hace nuestro Señor de las Escrituras demuestran que las conocía profundamente. Sus parábolas lo muestran sensible a las lecciones que se desprenden de la naturaleza, y siempre atento a ver el pensar de Dios revelado en Sus obras.
El idioma que hablaba Jesucristo era el arameo, lengua que había tomado el lugar del antiguo hebreo entre la población judía para esta época.
Por otro lado ni los compañeros de Jesús ni los miembros de Su familia lo consideraron como un ser sobrenatural; pero les debió parecer notable por su vigor intelectual y por su pureza moral.
A la temprana edad de los 12 años Jesucristo acompañó a sus padres José y María al Templo en Jerusalén, al regresar ellos, acabada la fiesta de la Pascua, pero Jesucristo se quedó en Jerusalén, sin que lo supiesen José y María.
María y José pensaron que estaba entre la compañía, pero al poco después se dieron cuenta de que no estaba con ellos, tras esto anduvieron camino de un día; le buscaron entre los parientes y los conocidos; pero como no le hallaron, volvieron a Jerusalén buscándole. Y al cabo de tres día finalmente le encontraron en el Templo, sentado en medio de los doctores de la ley, oyéndoles y preguntándoles. Y todos los que oían a Jesucristo, se maravillaban de su inteligencia y de sus respuestas. Cuando José y María lo vieron se sorprendieron y le dijo María: Hijo, ¿por qué nos has hecho esto?, tu padre y yo te hemos buscado por todas partes y estábamos muy preocupados por ti. Entonces el respondió: ¿por qué me buscabais? ¿no sabíais que en los negocios de mi Padre me es necesario estar?.
Pero ellos no entendieron lo que quiso decir Jesucristo con eso y finalmente después se fue con María y con José a Nazaret sujeto a ellos.
Después de esto no se sabe nada acerca de la vida de Jesucristo, es decir entre los 12 y los 30 años la Biblia no documenta nada sobre Él, la Biblia solo narra los últimos 3 años de su vida y nos muestra a un Jesucristo que tuvo éxito y cumplió su propósito en la vida.
Jesucristo fue bautizado por su primo Juan Bautista a orillas del río Jordán. Durante la ceremonia se vio descender al Espíritu Santo en forma de paloma y se escuchó la voz de Dios desde el cielo.
Más tarde, Jesucristo, guiado por el Espíritu Santo, partió al desierto donde fue tentado por Satanás. Estuvo cuarenta días y cuarenta noches ayunando. Después de este período, Jesucristo comenzó su ministerio público como predicador de la Buena Nueva, y por esto se le llamó «el profeta de Nazaret» o «el Nazareno». Ésta era la promesa de la vida eterna gracias al envío que había hecho Dios de su hijo para redimir al mundo. Para llegar a los fieles, lo hizo tanto al aire libre como en las sinagogas, y fue muy común que utilizara parábolas para darse a entender mejor.
La originalidad de su discurso radicaba en poner el amor a Dios en el centro de la vida. Y este amor debía materializarse en todas las formas posibles, incluso amando al enemigo y al enfermo.
Durante su recorrido por los pueblos y aldeas, Jesucristo iba haciendo milagros entre los judíos. Sin embargo, mucha gente no creía en sus palabras, por lo que tuvo disputas con la jerarquía judía y, especialmente con los fariseos. Pero Jesucristo estaba acostumbrado a estas situaciones y nunca se dejó amedrentar por los incrédulos.
En una ocasión, estando Jesucristo orando junto a sus apóstoles en un monte, su rostro se transformó y su ropa se volvió blanca y resplandeciente. A su lado aparecieron Moisés y Elías. Se oyó desde el cielo una voz celestial que afirmó: “Este es mi Hijo elegido, escuchadle".
Jesucristo, junto a sus discípulos, ingresó a Jerusalén a celebrar la fiesta de Pascua. Al entrar fue recibido como un verdadero rey. Durante la noche de Pascua, en Betania, se realizó la Última Cena. Allí fue cuando se instauraron los sacramentos de la orden sacerdotal y de la comunión. En esa misma cena fue cuando Jesucristo advirtió que sería traicionado por Judas Iscariote.
Judas, vendió a Jesucristo por treinta piezas de plata. Mientras Jesucristo oraba en el huerto de Getsemaní, aparecieron un grupo de hombres armados que lo buscaban. Por medio de un beso de Judas a Jesucristo, los hombres lo reconocieron. A pesar de que sus seguidores intentaron defenderlo, finalmente huyeron y Jesucristo fue capturado. Durante su juicio, el sumo sacerdote Caifás, le preguntó a Jesucristo si es que era él el hijo de Dios. Ante su respuesta afirmativa, fue condenado por blasfemia.
Al día siguiente fue llevado ante el procurador romano, Poncio Pilato. Éste no lo encontró culpable, pero le pidió al pueblo que eligiera si es que se le condenaba o no. La multitud pidió la libertad para Barrabás, un conocido asesino, y que fuera condenado Jesucristo. Finalmente, Jesucristo fue crucificado a los 33 años de edad, entre dos ladrones y con una corona de espinas en su cabeza, después de haber sido injuriado y maltratado, Jesucristo estando en la cruz, antes de morir dijo: Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen. Luego de morir, fue sepultado envuelto en una sábana. Al tercer día de su muerte, el cuerpo de Jesucristo ya no estaba porque había resucitado.
Jesucristo, siendo Dios, tomó forma de siervo, pago nuestras culpas en la cruz, así mismo, nos limpio de todo pecado y nos demostró cuan grande es su amor para con nosotros.
Y AHORA ÉL VIVE PARA PERDONARTE, CUANDO LO ACEPTAS EN TU CORAZÓN Y ESTAS ARREPENTIDO DE CORAZÓN, ACEPTALO HOY COMO TU UNICO SALVADOR, COMO TU SEÑOR Y COMO TU UNICO Y VERDADERO DIOS, EL TE AMA.